¿Quién no ha vivido uno de sus momentos más importantes junto con un producto Marinela? Todos tenemos una historia que contar: celebrar el cumpleaños de un ser querido con una velita sobre un Pingüino, bailar al ritmo de los pasos del Gansito o compartir la última galleta con esa persona tan especial, son algunas de las experiencias vividas, que nos hacen sonreír cada vez que las recordamos.
La historia de Marinela se remonta al año 1954, cuando en la planta de Bimbo Santa María comienzan las primeras pruebas de producción de pasteles espatulados en sabores naranja, fresa y chocolate. Sin embargo, fue hasta el mes de mayo de 1956 que se crea una compañía llamada Pabisa, con tan solo 14 colaboradores, para elaborar y comercializar pasteles y repostería. En un inicio, los productos no tuvieron el éxito esperado, ya que los consumidores preferían pasteles grandes y decorados.
Es así que en 1957 Pabisa cambia de nombre a Marinela, inaugura una pequeña planta y lanza al mercado una línea de pasteles decorados y una de pastelitos individuales, ofrecidos en las tienditas en charolas de cartón, sin envoltura y sobre capacillos rojos. La producción era prácticamente artesanal y de difícil manejo.
El reto, entonces, fue crear un pastelito individual que pudiera envolverse, conservando el delicado balance de ingredientes y la atractiva presentación de la rica tradición pastelera. Después de muchos experimentos, el director técnico, Alfonso Velasco, desarrolló los tres primeros productos entre los que está el Gansito.
Más adelante, en 1972, se inaugura una nueva planta de Marinela en Azcapotzalco, de dimensiones sin precedentes y con la más moderna tecnología. En esta planta, se comenzaron a fabricar productos como los Chocorroles, Submarinos, Barritas y Polvorones.
Gansito, producto emblemático de Marinela
En sus inicios, el modo de producción de Gansito Marinela era casi artesanal: se depositaba el batido en moldes, se horneaba y se vaciaba manualmente sobre unas charolas, que luego se colocaban en superficies corredizas de aluminio. Cuatro personas, dos a cada lado de una mesa transportadora, esperaban el pastelito horneado para colocar la crema y la mermelada. Posteriormente se cubría con chocolate y nuez. Algún tiempo después se decidió cambiar la nuez por chispas de chocolate. Desde ese entonces y hasta el día de hoy, el Gansito conserva las mismas características.
El primer pedido de Gansitos que fabricó Marinela fue de 500 pastelitos y su fabricación duró 8 horas.
La comercialización en una primera instancia fue por medio de motocicletas, las cuales eran llamadas Ganseras, ya que esas rutas sólo distribuían los Gansitos, y los vendedores eran llamados Ganseros. Posteriormente, conforme fueron incorporándose nuevos productos y fue aumentando la demanda, se comenzó a distribuir en vehículos más grandes y prácticos.
Su famoso slogan “Recuérdame”, nos remonta a nuestra infancia y a los buenos momentos que compartimos en familia o con amigos, disfrutando de un delicioso Gansito.